El 15 blanco, un auténtico líder aunque sea sin galones, tiró de alma para llevar al Bernabéu al éxtasis. Su cañonazo en el 79′ manda la solución al Etihad

l empate parece como el del año pasado, como si fuera una derrota”. Las palabras las firma Fede Valverde, un capitán sin brazalete, tras tirar su alma al césped del Santiago Bernabéu para revivir la eliminatoria para los hombres de Carlo Ancelotti. Un golazo para resucitar a sus compañeros tras un partido en el que pusieron contra las cuerdas al todopoderoso Manchester City… y que les ha dejado con la misma sensación que la temporada pasada.

Porque lo que transmite Valverde sobre el terreno de juego es lo que desea cada aficionado madridista de cada uno de sus jugadores. Y es que el 15 blanco cambió los papeles del jefe infiltrado para convertirse en el aficionado infiltrado sobre el verde de un estadio que creó un ambiente único en el arranque de la eliminatoria que paralizó el mundo del fútbol durante 90 minutos. Y aún quedan, mínimo, otros 90 más. Poco más se le puede pedir a este deporte: “Lo importante es que supimos contrarrestar su gol. Supimos meter dos goles en pocos minutos y nos dio mucho ánimo y motivación para seguir empujando. Pero nos descansamos un poco, dejamos de presionar por cansancio y te meten gol”, explicó en zona mixta.

Desliza para volver a tener esa sensación

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“El empate parece como el del año pasado, como si fuera una derrota”. Las palabras las firma Fede Valverde, un capitán sin brazalete, tras tirar su alma al césped del Santiago Bernabéu para revivir la eliminatoria para los hombres de Carlo Ancelotti. Un golazo para resucitar a sus compañeros tras un partido en el que pusieron contra las cuerdas al todopoderoso Manchester City… y que les ha dejado con la misma sensación que la temporada pasada.

Porque lo que transmite Valverde sobre el terreno de juego es lo que desea cada aficionado madridista de cada uno de sus jugadores. Y es que el 15 blanco cambió los papeles del jefe infiltrado para convertirse en el aficionado infiltrado sobre el verde de un estadio que creó un ambiente único en el arranque de la eliminatoria que paralizó el mundo del fútbol durante 90 minutos. Y aún quedan, mínimo, otros 90 más. Poco más se le puede pedir a este deporte: “Lo importante es que supimos contrarrestar su gol. Supimos meter dos goles en pocos minutos y nos dio mucho ánimo y motivación para seguir empujando. Pero nos descansamos un poco, dejamos de presionar por cansancio y te meten gol”, explicó en zona mixta.

Desliza para volver a tener esa sensación

Fede Valverde

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Porque la sensación final es que el Real Madrid dejó escapar vivo al conjunto de Guardiola, que no debió disfrutar mucho por el césped del Bernabéu… después de sufrir una remontada a base de golazos desde la frontal del área. Por suerte, Vinicus levantó la cabeza, vio llegar a Fede Valverde desde la otra banda al área y el balón del brasileño fue mandado a la red con un remate brutal. Uno de esos remates que no tiene explicación.

El cañón uruguayo

Valverde sacó a relucir su cañón: la enganchó de cine y se sumó a la fiesta de los. Habrá dudas para elegir al mejor tanto de la noche, pero lo que sí está claro es que el del uruguayo era el más complejo de todos. El centro del Vinicius fue brillante… pero la manera en la que empala el balón, cuando quizás la jugada pedía bajar el balón al piso y acabar con más calma, es digna de colgar en un museo de arte dedicado al golpeo del balón. “Sentí mucha ilusión después de tanto tiempo sin marcar un gol y menos en uno de estos partidos. Por dentro no tuve esa sensación porque no es el resultado que estábamos buscando, pero si te hace seguir peleando para la vuelta”, explicó sobre su golazo resucitador. “Desliza para volver a tener esa sensación”, comentó en sus redes sociales con un corrido de 10 imágenes que captaron a la perfección la obra vista en el Bernabéu